Estuvo toda la tarde escondida y a la hora de dormir mami se la llevó a su habitaciuón para que durmies con nosotros y nos cantó una nana, pero ella decidió que dormiria a los pies de mami.
Me alegré mucho porque así no me quitaba mi sitio dentro de la cama de mami.
Nos pasamos tres días bufandonos y maullandonos, mami intentaba por todos sus medios que nos hiciesemos amigos, hasta que lo consiguió.
Yo estaba muy contento porque me dí cuenta que tenía una compi de juegos y travesuras y mami nos quería y nos trataba por igual.
Un día llamó por teléfono el señor que tenía a Agatha ( que así se llama mi hermanita y tenía tres meses) acogida en su casa que la recogieron a ella y sus dos hermanas de un contenedor, metidas en una bolsa de basura y no sabían el tiempo que pudieron estar allí.
Mami no salí de su asombro de lo malvados que pueden llegar a ser los humanos, pero aquelo pasó y hoy Agatha vive muy feliz con mami, la abuela y conmigo que también la quiero mucho.
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